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Continúa abierta la convocatoria a Escuelas para participar de: "Blancanieves y los siete enanos"


Fecha: 23/07/2014

Noticia de: Ballet de la Provincia


El Ballet de la Provincia informa que se realizarán funciones para Escuelas los días 28, 29, 30 y 31 de julio, a las 11 y 15, en la Casa de la Cultura, Caseros 460.

 

Las instituciones educativas interesadas en asistir al espectáculo, destinado especialmente al público infantil, pueden reservar cupos, enviando un e-mail a: balletblancanieves@gmail.com, dirigido a la Sra. Inés Mamaní, con los siguientes datos:

Nombre de la Institución.
Turno al que se desea asistir (mañana o tarde).
Cantidad total de personas que asistirán (alumnos y docentes).
Persona encargada de referencia.
Teléfono de contacto.

Se informa que hasta el momento solo quedan cupos para el jueves 31, a las 11. Los cupos para las otras funciones están agotados. 

Blancanieves y los siete enanos

Ballet inspirado en el cuento de los hermnos Grimm - Basado en la coreografía de Henri Mayorov.

Coreografía y dirección: Andrei Kozlov. (Maestro invitado).

Música: B. Pavlosky.

Asistente: Alejandra Tello.

Maestra Preparadora: María Fernanda Blanco.

Argumento
Acto I

Había una vez una princesa llamada Blancanieves. Su piel era blanca como la nieve y sus cabellos negros como el ébano. La joven encantadora había perdido hacía poco a su padre, el Rey, y vivía con su malvada y envidiosa Madrastra que temía que Blancanieves eclipsara su belleza. Por eso vestía a la niña con harapos y la obligaba a realizar los trabajos más humildes. Todos los días la reina le preguntaba a su espejo mágico: -Dime espejo mágico. ¿Hay alguien más hermosa que yo?
Y el espejo respondía: -Usted es hermosa, mi reina, y no existe nadie que iguale su belleza.
Por las mañanas, Blancanieves limpiaba el castillo cantando. Todo lo que quería era el arrullo de las palomas, el canto de los pájaros y los rayos del sol. En sus sueños, ella veía siempre a un apuesto príncipe que algún día la vendría a buscar.
A medida que iba creciendo, la princesa  se volvía más y más hermosa. Por lo que un día el espejo mágico le advierte a la Madrastra que ya no es la más bella del reino, sino Blancanieves.
La malvada mujer toma una terrible decisión: Ordena al cazador matar a la princesa Blancanieves cuando esté en el bosque recogiendo bayas. Pero el cazador, como todos los que rodeaban a Blancanieves, queda fascinado por ella y no puede levantar su brazo para ejecutar la orden.
-¡Corre al bosque -le dice- y escóndete de tu celosa madrastra, porque tarde o temprano te encontrará!
Blancanieves corre sin rumbo por el oscuro bosque. Tenebrosas criaturas enviadas por la malvada Reina atormentan y asechan a la joven. La princesa corre y corre hasta tropezarse con las raíces de los árboles y caer  exhausta en el suelo dormida.
Los primeros rayos del sol comienzan a iluminar las profundidades de la selva. Diferentes animales y aves pequeñas, como así también los habitantes del bosque, se emocionan ante el encanto de Blancanieves. Pero la indefensa princesita necesita un hogar.
Los enanos, dueños de la pequeña cabaña, trabajan desde temprano en la mina, en busca de  piedras preciosas.
Cuando ya el sol se ha ocultado y los rayos apenas se asoman en la gruta, es hora de terminar el trabajo. Los enanos vuelven, entonces, bailando y cantando a su hogar.

Acto II
Blancanieves y sus amigos del bosque entran a inspeccionar cuidadosamente una pequeña cabaña donde hay siete pequeñas camitas, siete pequeñas sillitas...
-¿Qué tipo de pequeñas criaturas viven aquí? -se pregunta Blancanieves-. Probablemente niños que no tienen padres.
Blancanieves decide limpiar el polvo, las telarañas sobre la mesa, los platos sucios. El trabajo comienza, todo está en movimiento. Al finalizar, está cansada pero feliz. Blancanieves se recuesta en el pequeño catre, cubriéndose con cuidado con una manta, y se queda profundamente dormida.
Al llegar, los enanos abren la puerta y, presintiendo que hay alguien, cuidadosamente revisan la casa.
-¡Tal vez es un misterioso fantasma terrible! -dice uno de ellos.
Asombrados al ver todo limpio, se preguntan quién sería el intruso. De repente, algo se mueve entre las camitas. -Es pájaro de mal agüero –piensan los enanos y cada uno de ellos se ofrece a matarlo. En silencio se van colocando junto a la camita. Al levantar la manta, ven a una preciosa joven durmiendo. Blancanieves abre los ojos y sonríe. Los enanos quedan congelados por su belleza. Se presentan a sí mismos. Blancanieves les cuenta su triste historia con la Madrastra. Pero les dice también que tiene la esperanza de que, algún día, el apuesto príncipe de sus sueños venga por ella y la lleve a su castillo, donde vivirán felices para siempre.
Los enanos se encariñan con la hermosa princesa y le ofrecen ser la dueña de la casa. Blancanieves acepta de buen grado.
Mientras tanto, la Reina consulta todos los días a su espejo mágico quién era la más hermosa. Un día le pregunta:
-Dime, espejo bello: ¿hay alguien más hermosa que yo?
-Usted es hermosa, mi Reina, pero hay alguien más bella aún en las siete colinas, en el bosque profundo, viviendo en una casita con los siete enanos. Es Blancanieves y vive allí le responde.
La Reina se enfurece y sus pensamientos, negros como cuervos, sacuden su cabeza. Entonces acude a un viejo tomo y con la receta de brujería que encuentra, se transforma ella misma en una vieja vendedora de manzanas.
Por la mañana los enanos ya se han ido a trabajar cuando, de repente, alguien golpea la puerta de la pequeña cabaña. Blancanieves, aunque estaba muy asustada, mira por la ventana, ve a una anciana y como es tan bondadosa decide abrirle la puerta y dejarla entrar. La joven ofrece saciar su sed y, en agradecimiento al vaso de agua, la anciana le ofrece una manzana “mágica”. Blancanieves, confiada, la muerde y cae instantáneamente muerta.
La malvada hechicera celebra el triunfo de haber dado muerte a Blancanieves y de ser, ahora sí, ¡la más bella del mundo!
Aunque ha pasado mucho tiempo desde que Blancanieves se ha sumido en un sueño eterno, sigue siendo todavía hermosa. Sus amigos no dejan de llorar por ella.
El viento cálido de primavera cubre ahora las colinas  con hierbas frescas. Una tarde, como en un sueño, pasa por ahí un Príncipe azul y al ver a la joven como dormida, se detiene. La contempla por un largo rato y piensa  que jamás ha visto tanta belleza.
Al ver sus labios rojos, no duda y tímidamente, como despertándola, la besa. Ella estremece sus pestañas y abre sus ojos. ¿Por cuánto tiempo se durmió?
El Príncipe la toma con cuidado en sus brazos.
Se le aparecen sorpresivamente a la reina malvada en el palacio Blancanieves y el Príncipe.
¡La luz de Blancanieves y el príncipe, y la oscuridad de la malvada reina entran en batalla!
El espejo mágico se rompe bajo los golpes de espada.
¡El amor y la bondad triunfan sobre el mal!
Los rayos del sol iluminan a la feliz Blancanieves y al príncipe, rodeados de amigos.
¡Reina en el mundo, por siempre, la justicia, la alegría y el amor!

 
 
 
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